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Zombies en la historia del Perú: El libertador y los muertos vivientes

Publicado: 2010-03-12

En un post anterior ya comenzamos a revelar importante información sobre quien en vida fuese conocido como el Libertador José de San Martín.  Durante el tiempo que pasó en España luchando contra los franceses pudo ver cómo Napoleón usaba zombies como elementos militares en batalla y tuvo que aprender tácticas para contrarrestar esto.  José de San Martín se volvió un experto en esto y mientras en combate los soldados huían de las hordas de muertos vivientes que orientaban en su dirección, él y sus compañeros jinetes sabía exactamente qué hacer para reducir a los zombies y finalmente eliminarlos sin siquiera usar armas de fuego (astutamente había notado cómo el sonido atraía a los infectados, por lo que prefería atacarlos usando solamente arma blanca).

Cuando regresó a Buenos Aires participó en la organización que buscaba botar a los españoles de América del Sur.  Ayudó a preparar a las fuerzas argentinas aplicando lo que había aprendido en España.  Durante los momentos difíciles de este conflicto es que tuvo que recurrir al uso de los zombies como elemento militar, tal como lo había hecho Napoleón años antes y como lo habían hecho los incas hacía siglos.  Desde ese momento San Martín los usó más y más hasta ganarse el sobrenombre de Pastor de Muertos.  Asi él y sus llamados Granaderos a Caballo se convirtieron en el terror de los españoles en Argentina y terminaron logrando victoria tras victoria.

En 1814 se da la victoria final en Montevideo y se decide trasladarse por mar a Perú, para corretear a los españoles hasta Lima.  Entonces se da un episodio que la historia convencional ha tergiversado.  En los colegios se cuenta que San Martín desembarcó en setiembre de 1820 en Paracas, lugar en el cual descansando visualizó la bandera del Perú entre sueños al ver volar aves de color blanco y rojo.  La verdad es mucho más aterradora.

San Martín se había trasladado desde Argentina transportando a un muerto viviente en un cofre de madera.  Tal como había aprendido en España, estaba mutilado, de tal manera que ya no era una amenaza.  En el cofre apenas estaba el torso y la cabeza.  Las extremidades habían sido cortadas.  Esto lo había hecho para asegurar que llegando al Perú pudiese infectar gente y así poder formar un ejército de zombies con los cuales atacar a los españoles, aplicando sus prácticas usuales de su tiempo como Pastor de Muertos.

Estableció su cuartel en Pisco y de inmediato comenzó a infectar a incautos y esperó a que estos mordieran a más inocentes, hasta que tuviese suficientes zombies disponibles para representar una amenaza para los cuarteles españoles.  Este, que había sido el plan desde el comienzo, había sido alabado por un importante chileno que colaboró con San Martín en la empresa, el vicealmirante Thomas Cochrane.  Luego este oficial traería serios problemas para el Perú e incluso para la humanidad, cuando regresase a Chile a aplicar lo que aprendería de José de San Martín, iniciando una cadena de hechos que luego desembocarían en la mal llamada Guerra del Pacífico.

Pero uno de los peruanos que entusiasmados comenzaron colaborando con San Martín, pero que luego de desilusionaron al ver los métodos que usaba para prepararse para expulsar a los españoles fue un tal José María Palomo, quien había estado trabajando con otros peruanos en organizar Montoneros.  Él criticó duramnete a San Martín y le discutió en muchas oportunidades lo irresponsable de la estrategia de usar zombies.  El Libertador en un acto de afirmación política decidió entonces proponer que la bandera del país que estaba luchando por independizar fuese un cruce de áreas rojas y blancas.  Las áreas blancas representan obviamente los dientes de los muertos vivientes que lucharon por liberar al Perú.  Y el rojo representa obviamente la sangre derramada y digerida por esos cadáveres reanimados.

Lo demás es historia.  José de San Martín y las hordas de zombies hicieron huir a los españoles y tomaron Lima.  Irónicamente con las técnicas que había aprendido en España controló a los infectados y los eliminó luego él mismo.  Y en julio de 1821 proclama la independencia del Perú, con grandes planes, varios de los cuales incluía el uso de cadáveres reanimados para construir una gran nación.

Por suerte Simón Bolivar se puso en su camino.  Sabe dios qué sería de nosotros si los irresponsables planes de José de San Martín, el llamado Pastor de Muertos, se hubiesen concretado.


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Valhalla

where bold, brave men struggle against the zombie armies before returning to Asgard