Toribio de Mogrovejo, quien luego sería santificado, ... Su primer intento de contar con un equipo de apoyo más extenso fue un fracaso.  Decidió entonces cambiar la estrategia y comenzar a preparar él mismo a quienes seguirían sus pasos.  Fue así que ideó lo que luego sería conocido como la Cofradía del Eterno Reposo.

Corría el año 1605.  Cuando Toribio regresó a Lima después de una catastrófica campaña de la cual había sobrevivido a duras penas.  En el camino había ideado un nuevo plan y había rezado a Dios para que esta vez tuviese éxito.  No olvidemos que un año antes, en Uquihua, el valeroso sacerdote se había salvado también por poco de ser infectado.  Los viajes que había estado haciendo exitosamente para eliminar la amenaza zombie en el Perú virreynal habían tenido que detenerse.  Toribio parecía haber llegado a ese momento en su vida en el cual ya no podía andar solitariamente.  Necesitaba un equipo de apoyo y entrenar a quienes seguirían con su labor cuando él ya no esté.

No tenemos datos históricos exactos de quiénes conformaron ese equipo de feroces valientes que Toribio juntó y comenzó a entrenar.  Pero sí tenemos algo de información.  Por lo menos sabemos que lo conformaban Isabel Flores de Oliva, Fray Martín, Juan Macías, Francisco Solano y un misterioso personaje, cuyo nombre se desconoce, pero a quién se referían como Pepucho.  Se sabe que en la Cofradía inicial, la que entrenó Toribio de Mogrovejo personalmente, había más reclutas.  No obstante, estos se fueron perdiendo en las crisis que tuvieron que manejar en los años que siguieron a 1605.

Cómo los seleccionó Toribio, tampoco se sabe.  Pero sí sabemos que todos estaban vinculados al clero: eran curas o acólitos o sacristantes, etc.  Algunos estudiosos del tema opinan que esto se debe a que Toribio asumió que las coordinaciones serían más sencillas.  Otros opinan que se debe a que la vida de reclusión que llevan les daba el margen para estar disponibles en caso de que se diese una crisis z. Después de todo, de sus años operando en Lima había llegado a la conclusión de que la población peruana no estaba preparada para reconocer que existía la posibilidad de que los muertos se levanten y atacasen a los vivos.

Lo cierto es que para mediados de 1606 la Cofradía ya estaba conformada y en proceso de entrenamiento.  Toribio sabía que no le quedaba mucho tiempo, por lo que estaba transfiriendo todo el conocimiento teórico que tenía de su tiempo en España y en Portugal.  Ni qué decir de las lecciones aprendidas en la práctica aplicando esa teoría contra zombies en Perú.

A inicios del año 1606 una emergencia se dio en el puerto de Pacasmayo.  Un buque infectado había llegado.  Un par de marineros horas antes a transformarse habían ingresado a uno de los prostíbulos que había en la ciudad.  Para el día siguiente habían contagiado a las trabajadoras de ese establecimiento, quienes habían infectado a otros clientes.  Una semana después Pacasmayo estaba a punto de perderse.  Familias enteras se habían resguardado en sus casas, pero corrían el riesgo de quedarse sin alimento y sin agua.

Pacasmayo se convirtió en la primera misión de la Cofradía del Eterno Reposo.  Toribio de Mogrovejo no perdió tiempo en reunir a su nuevo equipo y trasladarlo tan rápido como pudo al norte.  No obstante, la historia demostraría que se trataría de una medida atolondrada que le pasaría la factura de la peor de las maneras.