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El Yawar Fiesta original, enfrentamiento simbólico entre el salvajismo zombie de los Andes y el yugo de los conquistadores españoles.

Yawar Fiesta Zombie

Publicado: 2010-11-29

Como ya comentáramos en este blog, la Danza de Tijeras es una clara alegoría anti-zombie, reconocida con toda justicia como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Siendo que el pasado del antiguo Perú estuvo marcado por la presencia de los muertos vivientes, es natural preguntarse si hay alguna otra demostración festiva nativa que esta vez sea más bien una declaración de apoyo zombie. La respuesta a esta pregunta es el rotundo sí que expresa la Fiesta de Sangre, el Yawar Fiesta.

El Yawar Fiesta, originado de Apurimac en el S. XVI, es una creación simbólica de los nativos andinos sometidos al yugo del conquistador español. Los comuneros, impotentes antes los abusos de los hacendados españoles, concibieron una celebración popular en la que el mayor representante del antiguo dominio inca, el humano zombificado, se enfrentaba ante el toro, a su vez símbolo de España.

En medio de un ambiente festivo en el que se disponía de copiosas cantidades de comida y alcohol, el zombie se encadenaba al lomo del animal, que en la mayoría de los casos poco podía hacer frente al cadaver reanimado que le arrancaba trozos de piel y carne sin detenerse hasta acabar con su vida. De este modo, el pueblo recuperaba simbólicamente algo del poder y dignidad perdidos frente a los españoles.

Por supuesto, una actividad tan peligrosa que involucraba a un zombie descontrolado no tenía siempre el resultado esperado.  Así, si bien estaba establecido que luego de la fiesta se debía disponer de los despojos del zombie arrojándolos a una fosa, a veces era posible que el zombie escapara mordiendo a paseantes desprevenidos antes de que finalmente lo detuvieran.

En otras ocasiones, algunos incautos consumían la carne del toro, obviamente contaminada por el virus del zombismo y terminaban convirtiéndose en zombies a su vez. En esos casos, el pueblo entero quedaba condenado a la tragedia pues era difícil distinguir a verdaderos zombies de simples comuneros alcoholizados caminando torpemente y entonces los pobladores de las afueras o de los pueblos aledaños debían tomar la penosa decisión de acabar con toda figura humana que saliera del lugar contaminado.

Durante años, y siguiendo las instrucciones directas de la Inquisición, los sacerdotes españoles trataron de disuadir a los pobladores de continuar con tan peligrosa costumbre. Sin embargo el Yawar Fiesta se expandió también a Ayacucho, causando ocasionales brotes de zombismo en esa zona. Ante el temor y reclamo de los gamonales españoles, la Iglesia Católica hizo uso de todos sus recursos para prohibir esta macabra fiesta pero luego de muchas negociaciones y amenazas, lo único que logró fue que se transformara el rito original para eliminar al zombie y reemplazarlo por un símbolo menor del antiguo poderío inca: el cóndor.  Esta variante es la que se conserva hasta nuestros días.

Edulcorada versión moderna del Yawar Fiesta, una vez eliminadas las referencias zombie de la ceremonia original.

Durante su juventud, José María Arguedas se puso al tanto de la versión originaria del Yawar Fiesta. Sin embargo, al publicar la novela de ese nombre en 1941, decidió omitir referencias al zombismo para evitar alarma o posible censura de parte de las autoridades de la época. Esta sería una decisión que lamentaría por el resto de su vida y, de hecho, se especula que fue uno de los motivos principales de su constante depresión, ya que habiendo sido siempre su intención rescatar los valores indígenas, hacerlo obviando el zombismo es una tarea poco menos que imposible.


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Valhalla

where bold, brave men struggle against the zombie armies before returning to Asgard