#ElPerúQueQueremos

La verdad detrás del caballero de los mares (2)

Publicado: 2011-07-05

En un post anterior estuvimos comentando acerca del contexto en el cual Miguel Grau nació en el Perú y cómo indirectamente recibió influencia de la filosofía anti-zombie que caracterizó a Simón Bolivar.  Abordemos ahora la primera aproximación que tuvo el luego nombrado Caballero de los Mares a la actividad marítima.

Tengamos en cuenta que Paita, en donde creció Miguel Grau, dependía fuertemente de la actividad marítima civil. Después de todo, la mayoría de los navíos que participaban del comercio entre el Perú y Panamá tocaban su rada.  Éste será un detalle también crucial, por la tradición de prevención del virus del zombismo en ese país.

En ese entonces se sabía que el clima tropical era un ambiente en el que brotes de zombismo eran más frecuentes.  Esto había hecho que la población panameña estuviese más al tanto de la amenaza.  Panamá se había independizado de España hacía apenas dos décadas, un proceso en el que Simón Bolivar también había estado involucrado.  No es casualidad que la población panameña decidiera voluntariamente pertenecer a la República de Colombia, una decisión que es lamentada luego.  En 1831 el movimiento pro-zombie se impone en Panamá rechazando las leyes que en el Perú tampoco serían aceptadas por todos y logra que este país se separe, aprovechando el contexto histórico de ese momento.  El coronel Juan Eligio Alzuru ve entonces una oportunidad.  Apela al sentido nacionalista panameño y logra llevar a cabo la separación.  Lamentablemente, una vez en el poder Alzuru reveló sus verdaderas intenciones: Convertir a la ciudad de Panamá en la "primera ciudad liberada z".  En su concepción, se trataba de imponer un régimen en el que se usara a los muertos vivientes abiertamente como mano de obra, bestias de carga, etc., lo que liberaba a otros de esos trabajos.

Juan Eligio Alzuru. Combatió en los llanos venezolanos a favor de los realistas. En Nueva Granada cae preso y se pone al servicio de fuerzas que terminan en Lima luchando a favor de los patriotas. Ahí cae preso de los realistas. Con una fuerte crisis de personalidad por el cambio constante de bandos, decide fugarse y termina luchando por Sucre en la batalla de Pichincha. Viaja a Panamá en 1830 para participar junto con antiguos compañeros de armas en movimientos secesionistas. Es posiblemente durante su etapa en Nueva Granada que desarrolla su admiración por la cultura del aprovechamiento del muerto viviente a favor de la población.

La población deja de apoyarlo por temor (ver cadáveres reanimados en descomposición haciendo labores del día a día fue una imagen demasiado impactante para muchos), pero Alzuru decide imponer su decisión para demostrar que no había nada a qué tenerle miedo.  Hay que entender a este personaje para comprender por qué hizo esto pensando que obraba por el bien mayor, pero creando las condiciones para una de las peores epidemias de zombismo que ha visto América Latina en su etapa republicana.  Alzuru era venezolano de nacimiento e ingresó a las milicias en 1813.  No tenía una sólida formación militar, lo que le impedía tener una verdadera visión estratégica.  No había sido entrenado para prever posibles problemas o complicaciones de sus decisiones.  Por eso quizás fue que no consideró que los muertos vivientes que traería a la ciudad de Panamá a operar un sistema de transporte de carga se escaparían e infectarían a inocentes que se transformarían e infectarían a más gente a su vez.

El resultado fue un desastre.  Las tropas que comandaba Alzuru no estaban preparadas para esa crisis. Fue necesaria la intervención del coronel Tomás Herrera, que con el apoyo del general José de Fábrega (fiel seguidor de Bolivar en su mentalidad anti-zombie), controló la situación.  Se pudo retomar la ciudad, salvando a algunos pobladores. Los inmensos daños y las pérdidas humanas no le dejaron otra alternativa a Herrera de apresar a Alzuru y posteriormente fusilarlo.

Este episodio llevó a que la población panameña desarrollara una fuerte preocupación por el tema.  Los comerciantes que salían de Panamá estaban mucho mejor instruídos y preparados para reconocer los síntomas del zombismo y para saber qué hacer en el caso de una epidemia de muertos vivientes.  Para cuando el joven Miguel Grau se comienza a relacionar con la actividad comercial marítima de Paita, los marineros panameños que llegaban en las embarcaciones solamente hablaban de eso.

No obstante, este proceso se vería interrumpido por la anarquía militar propia de la etapa republicana peruana.  El general Manuel Ignacio de Vivanco se sublevaría y marcharía sobre Lima cuando Miguel Grau tiene apenas nueve años.  Sucesos relacionados a esta revuelta tendrían un profundo impacto en su vida.


Más verdades sobre Grau:

La verdad detrás del caballero de los mares (1)

La verdad detrás del caballero de los mares (3)

La verdad detrás del caballero de los mares (4)

La verdad detrás del caballero de los mares (5)

La verdad detrás del caballero de los mares (6)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Valhalla

where bold, brave men struggle against the zombie armies before returning to Asgard