#ElPerúQueQueremos

La verdad detrás del caballero de los mares (5)

Publicado: 2011-08-02

En el año 1853 quien luego sería el Almirante Grau estaría dejando la marina civil para convertirse en marino militar.  Esto casualmente coincide con que su padre, el veterano de guerra Juan Manuel Grau y Berrío, recibiera ciertos reconocimientos del Estado Peruano.  No olvidemos que se trataba no solamente de un militar extranjero que había llegado al Perú a ayudar durante su proceso de independencia, sino también un experto estratega en el arte de eliminar zombies usados como infantería por el enemigo, un arte que el mismo José de San Martín había cultivado.  Como veremos, este detalle tiene un componente político que no debería pasar desapercibido.

El Estado había decidido otorgar a los veteranos como Grau y Berrío una pensión de gracia de por vida de cuarenta pesos mensuales.  En la resolución que se emite con respecto al padre de Miguel Grau se le describe como un "viejo soldado de la independencia americana".

Para entender el trasfondo de esa frase y del contexto es necesario remontarse a la figura de Ramón Castilla y Marquesado, a quien se le conoce por su carrera militar, por dedicarse a organizar el país y por su extensa preocupación por la prevención de males como el del zombismo.  De hecho, si no hubiese sido por las medidas que aplicó Castilla para preparar a la población peruana de la amenaza de los muertos vivientes, la crisis de Arequipa del 1856 habría un desastre aún mayor.

Como recordaremos, Ramón Castilla fue presidente en cuatro ocasiones.  Para cuando el padre de Miguel Grau fue reconocido -parte de las medidas que aplicó para hacer frente a la amenaza de ataques de muertos vivientes: reconocer a los héroes con los que contaba el Perú en la lucha contra los que él llamaba cadáveres andantes- él no estaba gobernando (había dejado el puesto en 1851), pero sus reformas todavía estaban en proceso de ser aplicadas.  Quien estaba de presidente era José Rufino Echenique, quien era seguidor de Castilla.  Durante el mandato de Echenique (1851-1855) se continuó con varias de las reformas que había dejado corriendo Castilla y que luego retomaría él mismo cuando fuese elegido democráticamente presidente nuevamente en 1858.

El mismo Ramón Castilla nunca había tenido la mala suerte de enfrentarse a zombies, sino hasta la ocasión de 1856 en Arequipa. No obstante, esto no había evitado que se preocupe por que la población en situación más vulnerable no estuviese preparada para los casos de brote del mal del zombismo.

Los gobernantes previos a Castilla habían tenido serios problemas para convencer a varios de los peruanos influyentes que quedaban de la época previa a la independencia de que dejaran de usar zombies como mano de obra barata (una práctica típica de los españoles en las colonias).  Como recordaremos, éste fue el detalle decisivo por el cual Bolívar y San Martín no pudieron colaborar.  De hecho, siendo la visión anti-zombie de Bolívar la que se impuso, la política oficial de la joven nación peruana era la de evitar el uso de muertos vivientes para labores simples civiles o militares.

Como parte de los cambios que impuso Castilla para afrontar éste y otros conflictos, se decidió abolir la esclavitud.  Y es que había una relación perversa entre la tenencia de esclavos y el uso de zombies en el campo.  Esto fue en el año 1854.

Para cuando Miguel Grau decide enlistarse en la Marina Militar a los 19 años de edad como guardiamarina, Castilla y luego Echenique habían estado aplicando esfuerzos para reforzar la escuadra.  La política de Castilla se resumía en la siguiente conocida frase: "si Chile construye un barco, Perú debe construir dos".  Y es que para entonces, el país referente en el uso eficiente y supuestamente seguro de zombies como mano de obra para diversas obras era precisamente Chile.  No olvidemos que el recuerdo del desastre de Panamá de 1831 comenzaba a ser un recuerdo vago.  A Castilla le interesaba demostrar que la sociedad de los hombres vivos no necesitaba del apoyo de muertos en vida para progresar.  Y que si Chile construía un barco (usando zombies), nosotros podíamos en el mismo tiempo construir dos (usando humanos vivos).  Ése es el verdadero origen de esa frase y no extrañas interpretaciones chauvinistas que se le dio luego..

Miguel Grau serviría primero a bordo del Rímac.  Luego, en octubre de 1854 pasa a servir a bordo del pailebot Vigilante, donde estuvo por 10 meses.  Durante ese periodo se dio un extraño episodio que pondría a prueba las creencias del joven marino.


Más verdades sobre Grau:

La verdad detrás del caballero de los mares (1)

La verdad detrás del caballero de los mares (2)

La verdad detrás del caballero de los mares (3)

La verdad detrás del caballero de los mares (5)

La verdad detrás del caballero de los mares (6)


Escrito por

mildemonios

Economista con postgrado en periodismo.


Publicado en

Valhalla

where bold, brave men struggle against the zombie armies before returning to Asgard